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CONEXIONES

El mundo es un pañuelo

"Es posible acceder a cualquier persona del planeta en tan solo 6 saltos".

Duncan Watts

Ángela González es una artista madura en todos los sentidos y se vale de múltiples
herramientas para la realización de su trabajo.


Cuando el espectador se enfrenta al cuerpo de obra en esta serie que ella misma ha denominado Conexiones empezará a percibir indicios que lo llevarán a encontrar el hilo conductor que conforma justamente esa idea que la ha llevado desde la propia concepción personal hasta la expresión artística que significa un proceso terminado, esto es la obra en sí misma. Para que esto se cumpla a cabalidad deberemos ir desde el concepto hasta el objeto creado pasando por el medio seleccionado para la expresión.

 

Sirva este pequeño texto introductorio para bordar junto con el espectador el entramado que confluye en el trabajo de esta artista fronteriza.


Técnicamente, esta serie se conforma por pinturas, dibujos, litografías y fotografías trabajados en técnicas mixtas. Encontramos piezas intervenidas con textiles, con abalorios, con hilos y un elemento, sobre el que regresaremos más tarde, puesto que dada su preponderancia merece mención aparte, que es la técnica de bordado.


Formalmente, yo inicio bordando sobre las piezas que privilegian el collage en esta serie de conexiones; la artista se apropia de la versatilidad y posibilidades de ésta técnica, paradigma estético de nuestros tiempos. No es casualidad, como lograremos vislumbrar, porque cuando se dialoga desde el corazón y la propia vida ¿Qué puede reflejar de manera más completa la experiencia del ser humano y su relación con su entorno traducido al lenguaje visual? Ángela nos habla de Conexiones y hace gala recontextualizando a través de la apropiación, material preexistente, fotografías y litografías son retomadas, significando fragmentos y montadas en esta heterogeneidad compositiva, para transformarse en estas hibridaciones que constituyen la vida misma de la creadora, tal y como le sucede a ella en lo personal al descubrir el hilo maestro, el entramado de su vida y de sus encuentros
personales.


Y desde esta perspectiva de la repercusión de la fragmentación en la cultura, Ángela enriquece este prisma híbrido y lo acerca a su ser literalmente al introducir el elemento bordado, de eminente relevancia en su labor. La creadora abraza su trabajo y construye con galanura su “pintura de aguja”, como la llamaban los antiguos egipcios, y nos lleva entonces a ese viaje que encadena aquella realidad externa, la de los encuentros, la de las conexiones, hasta el nudo francés del corazón que mima y atesora. Así, puntada tras puntada, hilván tras hilván, la creadora teje una nueva conexión entre contemporaneidad y tradición. Observamos personajes y rostros conectados con la artista a través de la imagen y a través de cada puntada.

Hablemos ahora de las pinturas que forman parte de este tejido artístico, y aquí, González nos guiña el ojo porque va directamente a su interior, a sus pasiones y sentimientos, y expone abiertamente una serie de conexiones abstractas que encontramos sumamente emotivas y evocadoras. Con un uso magistral del color, que cuidadosamente construye capa tras capa, hace vibrar los hilos de la emoción y la evocación. Así, invito al espectador a disponer su sensibilidad para recorrer de la mano de la artista estos seis grados de separación, que según la teoría de Frigyes Karinthy nos unen a cualquier otro ser humano en el planeta y a conectar con Ángela González a través del disfrute visual de esta su serie Conexiones.

Laura Castanedo
Terra dell ́Arte
Tecate, México. otoño 2020

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